SÍNTOMAS EN EL EMBARAZO Y EN RECIÉN NACIDOS
La mayoría de las embarazadas infectadas con CMV presentan pocos o ningún síntoma. De ahí que el virus se conozca como silencioso y de alto riesgo.
De manera similar, en recién nacidos la mayoría no presentará síntomas. Sin embargo, al confirmar infección por CMV en el embarazo, será clave realizar un análisis PCR para diagnosticar al recién nacido.
LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES EN EL EMBARAZO SON SIMILARES A UN RESFRÍO
Fiebre alta o prolongada, fatiga, malestar general, dolores musculares o de articulaciones, sudoración nocturna, dolor de garganta, inflamación de nódulos linfáticos, debilidad general, pérdida de apetitos, pérdida de peso.
¿CUÁNDO LA EMBARAZADA DEBIERA CONSULTAR A UN ESPECIALISTA?
Si estás embarazada y tienes signos de alerta como los mencionados anteriormente, un médico podrá evaluarte y detectar si tienes una infección por CMV.
Si contrajiste el virus durante el embarazo, infórmaselo a tu médico tratante para que tu bebé sea evaluado con frecuencia durante el embarazo y tratado al momento de nacer.
Si perteneces a algún otro grupo de riesgo, como inmunodepresión, la infección por CMV puede ser aún más grave por lo que es clave hacerle seguimiento.
BEBÉS QUE MUESTRAN SÍNTOMAS DESDE EL NACIMIENTO
Nacimiento prematuro, bajo peso, ictericia, patologías hepáticas (agrandamiento del hígado o funcionamiento deficiente), microcefalia, agrandamiento del bazo, neumonía e incluso convulsiones.
BEBÉS QUE PARECEN ESTAR SANOS AL NACER
Algunos bebés con CMV congénito, parecieran estar sanos al nacer. No presentan síntomas ni signos de haber contraído la enfermedad hasta meses e incluso años después. Los síntomas más frecuentes en estos casos son la pérdida auditiva, problemas a la visión y retraso en el desarrollo psicomotor.